viernes, 7 de marzo de 2014

Nº 17. La razón de nuestra visita


         Florecientes Cristos en Tierra:
                                                            Somos vuestros hermanos extraterrestres, “ángeles” para vuestro ayer, sonando ahora en la cabeza del canal que escribe para dar señales de una comprensión perdida en los anales de la historia humana.
Hemos sondeado el árbol genealógico de la vida humana terrestre y hemos visto el largo recorrido vivido por las almas en desarrollo. Vosotros, los hombres, pertenecéis a una Raza Madre aún no conocida en el universo. Pertenecéis a un nuevo experimento probético del ser para dar origen a un ser con nuevas potencialidades.

         Existe una razón cósmica que ha llevado a crear formas de vida experimentales como la realizada en vuestro planeta, una creación que prometía un desarrollo y potencial único y nuevo. Esa razón es la que ahora explicaremos.
         Hermanos nuestros, extraterrestres también pero de otra rama evolutiva dentro de esta galaxia, la Vía Láctea, vinieron a la Tierra a tomar “cuerpos causales” (alma humana) para así vivir la experiencia evolutiva como humanos en la Tierra; y esto lo hicieron para tener la posibilidad, la chance, de ir más allá en la evolución cósmica, ya que en su propia esfera el progreso evolutivo se había detenido, a la espera de nuevos desafíos de aprendizaje. El problema existente era que ellos estaban varados, inmóviles evolutivamente y no sabían qué hacer ya para moverse del sitio de conciencia y vibración en el que estaban. Es decir, no progresaban más allá del nivel al cual habían llegado. Observaron que las “formas evolutivas” (cuerpos) que ocupaban sus espíritus no tenían ya los elementos y condiciones suficientes como para ofrecer los necesarios desafíos para aprender nuevas lecciones, y a través de ello poder progresar. Sus vehículos astrales y mentales ya eran deficientes, obsoletos a esa altura a donde habían llegado, y es entonces que al ver en sus sondeos cósmicos la vida naciente en este pequeño planeta, y viendo el Plan de vida que para el mismo se proyectaba, pactaron con el Señor Solar del Sistema para “tomar alma humana” y comenzar una experiencia evolutiva diferente, con todos los desafíos que ello supondría. De esta manera podrían adquirir, a través del nuevo aprendizaje, la comprensión que les permitiría elevar la vibración y “despegar” evolutivamente de donde estaban.
         100.000 espíritus extraterrestres tomaron alma humana para vivir esta experiencia. Hicieron su peregrinaje terrestre vida tras vida, como cualquier alma humana original, con un velo que no les permitía recordar su origen cósmico, “quiénes eran”, ni por qué ni para qué estaban aquí. Transitaron el camino de la evolución en el planeta Tierra como cualquier otra mónada humana. Ahora, algunos de estos hermanos están despertando, recordando intuitivamente quiénes son. Otros aún duermen en sus “ropajes humanos”.

         Ustedes, hermanos de la Tierra son una raza muy especial, no solo para vuestro Sistema Solar, sino para toda la Vía Láctea. Todos los mundos habitados de esta galaxia ponen sus ojos en el experimento divino de vida en la Tierra, porque se sabe que de allí están surgiendo seres con potencialidades solares inusitadas, con condimentos y cualidades finas, vivas y sutiles de comprensión, que han surgido gracias a la particular fricción de la vida material. Las condiciones de la materia de la vida de vuestro planeta, en especial la del plano astral, han sido la clave y el “abono” para el brote y florecimiento de la nueva “semilla”.

         Como veis, existen muchas formas de vida en vuestro planeta, vida intraterrena, intraoceánica, vida visible e invisible para vuestra percepción, vida planetaria y extraplanetaria presente en la Tierra; y existen además varios ensayos probéticos en cuanto a Razas se refiere; todos controlados por minuciosa ciencia y amoroso cuidado.
         Las Razas creadas son nada más y nada menos que la serie de especiales “envases” creados para que a los mismos lleguen ‘las mónadas’ a habitarlos, para que la evolución proceda.
         Podréis ver que según lo dicho la evolución procede de dos maneras en simultáneo:

1-    La evolución de la forma (los “envases” contenedores)
2-    La evolución de las mónadas (espíritus ocupantes de las formas).

Si comprendéis bien este tema, si podéis asimilarlo, y os recomendamos que lo hagáis con la ayuda del estudio, estaréis más preparados para aceptar la verdad de la GRAN FRATERNIDAD CÓSMICA presente en la Tierra, que no está aquí solo para ayudar, sino además para tomar la oportunidad que este queridísimo planeta nos ofrece a todos para evolucionar, para crecer.
         Sed buenos aprendices. Dejad fluir las nuevas instrucciones que desde vuestro Sol interior llegan.
         Permitíos SENTIR “su voz insonora” pero clara para el corazón.

         Somos del Clan de Pléyades.

Nuestros saludos de Paz, de corazón a corazón.

1-06-12.





No hay comentarios.:

Publicar un comentario